viernes, 12 de junio de 2009

Mi nuevo vecino Cristiano Ronaldo

Andaba yo tecleando orgasmos en forma de blog cuando la actualidad, que siempre manda, me sacudió el polvo de la rutina. Cristiano Ronaldo tiene un pie y medio en Madrid, y yo tengo un pie y medio en la gloria. Una gloria que cuesta 93 millones de euros; todo un desafío al equilibrio financiero de la Nación que, sin embargo, me ha devuelto la fe en el Más Allá.

Mi reloj biológico ya ha activado la cuenta atrás; mis hormonas, mis instintos y mis glúteos explotarán en septiembre, justo cuando me convierta en vecino del mejor futbolista del momento. Y es que, si hacemos caso a los oráculos, Cristiano y yo estamos condenados a entendernos; a compartir la lluvia, el ruido, el CO2 y el olor a bocadillo de calamares de esta ciudad hambrienta de mitos. Sus calles de Alatriste, sus tascas de anís y madera, sus cibeles y sus neptunos necesitaban llenar el vacío insaciable que habían dejado Beckham y señora. Dicho y hecho: un jugoso talón de Florentino Pérez, midas del ladrillo y el balón, devolverá el brillo a las discotecas de alto voltaje, a los prostíbulos con pedigrí y a las tiendas de moda de Serrano y alrede

dores. No importan los goles, ni las ligas, ni la titulitis con reminiscencias monárquicas, ni las competiciones en la Eurozona; a partir de ahora, el aliciente de este fichaje legendario –y delicioso- descansa sobre tres elementos fundamentales:

a) los armanis y las gafas de sol supersize

b) las novias de braguitas prietas

c) los motores de sus descapotables bramando sexo en la Avenida de la Castellana

Así las cosas, a Madrid le quedan menos de tres meses para adecentar su Milla de Oro, sus fiestas de la espuma y sus chaletes de la Moraleja. Una vez solucionado este triángulo de las bermudas –y con Dios Cristiano ya habitando entre nosotros-, sólo queda sentarse a esperar: a esperar el cortejo de las nurias bermúdez y demás chicas támpax con sed de fama y rabo. (Ronaldo 'made in Brasil'; tu mítico cumpleaños, bacanal de bacanales con aquel ramillete de misses abiertas de piernas a modo de celebración, va a ser un simple fin de semana de retiro espiritual en comparación con la nueva Era Cristiano. Te doy mi palabra).

Vuelvo a sonreír. A acariciar una felicidad que me abandonó cuando Victoria Beckham, musa del ‘bizarroanorexiaglamour’, cambió el chotis con olor a ajo por el hip hop sucio y rastrero de Los Ángeles, ciudad sin ley. Pero como nada es para siempre, ha tenido que llegar un portugués con empastes de oro para llenar ese vacío espiritual que no me dejaba encontrar la paz. Hoy es el primer día del resto de mi vida. Viva el fútbol. Viva el Real Madrid. Viva Florentino. Viva el Bernabéu. Viva, viva y mil veces viva.